17 sept 2018

Tal vez yo era el sapo ❤️

Siempre quise un amor de cuento hadas, que un príncipe vestido de azul llegara en su corcel blanco a rescatarme de una bruja malvada. Pero, en mi realidad no existía una bruja malvada, por consiguiente no tenía que existir tal principe. Y como en el siglo XXI, los millenials encuentran a su "alma gemela" haciendo Match en Tinder, está no fue la excepción.



Y si alguien me pregunta ¿Es tu alma gemela?, definitivamente mi respuesta es, no; no es mi alma gemela, porque no somos el reflejo del otro, somos más que eso, somos dos almas diferentes que se complementan como un rompecabezas. No es mi alma gemela pero es con quién quiero compartir el resto de mi vida. No es un príncipe azul, pero llegó a salvarme de mis temibles inseguridades, no tiene un corcel blanco, pero si una increible sonrisa que ilumina habitaciones enteras, y qué con él existe todo el tema ese de las mariposas en el estómago, bueno cuando él esta cerca es más como un ataque de dragones escupefuego e incluso siento que en vidas pasadas nuestra historia fue un cuento de hadas, pero ahora vivimos una realidad distinta.

Y ya que en nuestra realidad el tiempo es relativo; presente, pasado o futuro, pienso que vivir el momento no es opción, cuando quieres una vida entera. Pero, ¿cómo saber si estará el resto de mi vida? Eso es algo que no puedo afirmar, y como no podemos ver lo que nos depara el futuro, sólo nos queda vivir el presente. Entonces, él se convierte en MI PRESENTE. 

Ese presente que me llena el alma con solo verlo, sentirlo y besarlo. Ese presente que me hace sonreír a diario. Ese presente  que me saca de mi zona de confort y me ayuda a crecer día a día. Ese presente que me hizo descubrir partes de mi que no conocía con solo mirarme. Y que si nuestra historia fuera un cuento de hadas, sería la de un príncipe que beso a un sapo, y este sapo se convirtió en princesa.

Pero, esta princesa arruinó su cuento de hadas por un error y su presente se convirtió en antónimo, AUSENTE. Y su ausencia me hace dar cuenta que muero sin él, y cuando digo MUERO no es una exageración, estamos hablando de palmas sudorosas, taquicardia, automaltrato psicológico #YaDejaDePensarEnÉlNecia, pánico, ansiedad, y cantidades insospechadas de dolor. Que aunque no pueda hablar con él, sentirlo o estar en la misma habitación, mis pensamientos recuerdan sus largas conversaciones, sus caricias o su sola presencia.

Su ausencia me ahoga, me embriaga y solo deseo decirle que quiero tenerlo a mi lado y que siga siendo mi presente para seguir amándolo día a día. Y me pregunto, por qué no enloquezco frente a todo lo que pudé perder en un día, en un instante, me pregunto, qué es lo que me hace mantener la cordura, y la respuesta es sencilla, es este amor que yace en mi alma y espero seguir compartiendo con él. Porque aún me queda la esperanza de que un futuro no muy lejano él sea de nuevo MI PRESENTE, mi presente para toda la vida.